El desprendimiento

  Hablar en una sociedad como la nuestra de desprendimiento puede sonar a un concepto trasnochado y del que apenas se hace eco mucha gente. Sin embargo experimentarlo en su realidad más profunda puede llevar a una auténtica libertad de todo el ser.
Hundimos nuestras raíces vitales en todo aquello que a lo largo de nuestra existencia pensamos que nos da seguridad y firmeza:  los afectos humanos, una economía segura, ideas transitorias, lo personal, etc. Pero en la medida en que avanzamos en nuestra vida percibimos que todos estos ámbitos de la existencia  acaban sometiéndonos e impidiendo que descubramos nuevos horizontes de crecimiento. No dejan de ser  un freno que acabamos imponiéndonos sin apenas percatarnos de ello mientras seguimos proclamando a los cuatro vientos que somos hombres y mujeres “libres”. No hay libertad sin un continuo proceso de regeneración interior, sin desprendimiento de lo viejo y adquisición de lo nuevo.  Es lo que nos impacta de la actitud de Abrahán que dejándose seducir por  el Señor aprende a crecer día a día en la capacidad que posee el ser humano para aprender a sacar lo mejor que hay en su corazón y convertirlo en firmeza de futuro. Y esto comienza a ser posible en cuanto nos olvidamos de nosotros mismos y abandonándonos en el ser de Dios y del hermano se produce un dinamismo en el amor que permite alcanzar una plena libertad en todos los ámbitos de nuestra vida.



Comentarios

  1. Me gusta mucho vuestra pagina web y rezo mucho por vosotros. Espero que pronto pueda hacer una experiencia con vosotros

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