Segundo Domingo del tiempor ordinario

En la primera lectura de este domingo referente a la vocación del Profeta Samuel llama la atención  la expresión de que en aquellos tiempos no era frecuente la Palabra de Dios. Y es que deberíamos reflexionar seriamente si lo es en nuestros días. Y no se trata de que Dios no quiera comunicarse sino de que realmente nosotros no estamos en disposición de recibir su mensaje. Samuel fue comprendiendo que era necesario desprenderse de si mismo. Que hacía falta entrar en la humildad, sencillez de vida, etc. para estar en sintonía con el Señor. 
Deberíamos preguntarnos si realmente existe en nuestras vidas esas mismas actitudes. ¿Estamos dispuestos a escuchar con humildad olvidándonos de nuestras opiniones convertidas en verdades absolutas?. ¿A dejar aquellos objetos (móvil, televisión, Internet...) que nos dispersan en nuestra búsqueda de Dios?. Que la llamada que de nuevo realiza Dios en nuestro tiempo nos abra a comprender su amor inagotable.

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