El ruido... nos da miedo el quedarnos a solas con nosotros mismos, el silencio nos interroga, con el silencio vienen las preguntas, los "por qué"... Nos da miedo llegar al fondo de nuestro corazón.
Somos una comunidad de hermanos que siente en su corazón el deseo de volver a los orígenes monásticos del Carmen sin olvidar su recorrido histórico en toda su espiritualidad Carmelitana (Santa. Teresa,Juan de la Cruz, Teresita,etc). Entre sus miembros los clérigos colaboran con la iglesia diocesana para aliviar sus necesidades pastorales. Otros eligen la vid a eremítica en el recinto monástico. Centramos nuestra mirada en la Sagrada Escritura como lo muestra la regla del Carmen y la enriquecemos con la experiencia de S. Jerónimo. Unidos a María y a S. José en quiénes experimentamos la dulzura de la oración y del abandono en Dios. Y como testigos de esta Palabra en nuestro mundo miramos el fuego del amor divino del Profeta Elías.
¡Oh Amor de Dios que todo lo llenas y lo eres todo! Que nos creaste de la nada y a todo nos llamas. El Universo y sus maravillas te alaban, y Tú embelleces como perlas y diamantes las almas, pues de ellas Amado y gran bien eres. Rey y Esposo soberano en su morada. Tuyos son los gozos a manos llenas; justicia, poder y gloria están en tus palmas. A ti silencio y música te cantan. Espera la Esposa y junto a la Madre, aman. ¡Eres amor de amores, Dios, y amor y amor! ¡A ti Amor y alabanza!
Hablar en una sociedad como la nuestra de desprendimiento puede sonar a un concepto trasnochado y del que apenas se hace eco mucha gente. Sin embargo experimentarlo en su realidad más profunda puede llevar a una auténtica libertad de todo el ser. Hundimos nuestras raíces vitales en todo aquello que a lo largo de nuestra existencia pensamos que nos da seguridad y firmeza: los afectos humanos, una economía segura, ideas transitorias, lo personal, etc. Pero en la medida en que avanzamos en nuestra vida percibimos que todos estos ámbitos de la existencia acaban sometiéndonos e impidiendo que descubramos nuevos horizontes de crecimiento. No dejan de ser un freno que acabamos imponiéndonos sin apenas percatarnos de ello mientras seguimos proclamando a los cuatro vientos que somos hombres y mujeres “ libres ”. No hay libertad sin un continuo proceso de regeneración interior, sin desprendimiento de lo viejo y adquisición de lo nuevo. Es lo que no...
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