El Carmelo y San Jerónimo.

Carmelitas de San José.

El Carmelo y San Jerónimo.



En la fundación de su Iglesia, el Señor quiso valerse de dos tradiciones espirituales, como son la jerónima y la carmelitana, que en verdad, forman parte de una mismo Espíritu y Tradición y que, por tanto, se hallan llenas de vida, de gloria, de bien, de belleza, de salud, de autenticidad y dar a luz familias fundadas en la fe, la esperanza y el amor y más de salvación, caminos de encuentro y seguimiento del Señor.
 En su origen histórico ambas tienen mucho en común: en lo remoto tienen su semilla en grandes personalidades de la religión cristiano-católica, como son la virgen del Carmen y el profeta Elías o san Jerónimo y santa Paula. El amor, el celo y la fidelidad al Señor son propios de todos ellos. en el curso histórico surgieron sin mucha dilación la una de la otra y, ambas, bajo la forma de vida eremítica, lo que muestra la radicalidad de la vocación de sus fundadores, la respuesta contundente a tiempos de crisis y en definitiva, la fuerza de Dios y su Evangelio.
 Pronto evolucionaron a formas de vida cenobítica y llegaron las aprobaciones eclesiales, llamados los carmelitas a la vida mendicante, conventual, propia de frailes, y los jerónimos más orientados a la vida monástica, de clausura, propia de monjes.
 Si la santidad y la piedad han llevado los cauces de estos ríos, sus estrellas, los santos, han dado y siguen dando luz desde el firmamento. Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Santa Teresita del Niño Jesús, Santa Isabel de la Trinidad y un gran número de ellos, conocidos o no, resplandecen por sus vidas y obras, son semilla y señal de la venida del Señor y los santos que muy pronto llegarán.

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